El equipo madruga para rodar en el lago de Xi Hu con la luz del alba. Un barquero cede su barca para grabar desde el medio del lago y mostrar cómo el protagonista llega del campo a la ciudad. Era la hora mágica.
Y de vuelta a la urbe… llega la hora de atrezzar el apartamento, que de frío e inhóspito pasa a cálido y habitado; tras unas cuantas horas de trabajo y mucho sudor. Hace calor. Los vecinos del bloque alucinan cuando ven a un montón de occidentales pintándoles el rellano y la escalera para realizar unas pocas tomas. Por suerte se secan rápido las paredes en esta época del año. Los protagonistas han llegado «a la ciudad».
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